El discurso desde una perspectiva criminológica
Roberto Alonso Ramos Erosa
Colegio Libre de Estudios Universitarios
México
Todos los medios de comunicación masivos tienen algo en común, que es: Un discurso. Este discurso no surge de la nada y no es algo nuevo, a decir verdad a lo largo de la historia se han utilizado los discursos para lograr diversos propósitos, estos discursos son dictados por aquellos que, un momento determinado, poseen el poder. Ahora bien, el discurso se utiliza para informar; o sea, es la acción de transmitir información. La información o contenido en un discurso desempeña un papel relevante ya que está es la coadyuvante del propio discurso y cabe recordar que el discurso siempre tiene un propósito.
La información juega un punto clave dentro de los sistemas mediáticos ya que, esta es la que transmite algo y este algo tiene un fin determinado para un grupo de sujetos en específico. En este punto, hay que preguntar: ¿Qué es el informar? Sartori (1997) lo define de la siguiente manera: “Informar es proporcionar noticias, y esto incluye noticias sobre nociones. Se puede estar informado de acontecimientos, pero también del saber. Aun así debemos puntualizar que información no es conocimiento (p. 81)”. Así el autor deja en claro que el adquirir información a través de los medios masivos de comunicación no significa adquirir conocimiento hay que tenerlo muy en cuenta, ya que el discurso se vale de la información.
Ahora, pasando a la importancia del discurso, para poder entender porque el discurso contemporáneo de los medios de comunicación es tan importante, habrá que retroceder unos cuantos siglos atrás. Volviendo a los andares de la Edad Media. Como bien lo ha dicho Zaffaroni (2011): “La Edad Media no ha terminado” ¿A qué se refiere este autor cuando dice que la Edad Media no ha terminado? Él demuestra que somos herederos directos del poder punitivo y su discurso, el cual tuvo gran importancia en la edad mencionada, este poder punitivo y su discurso aún siguen vigentes, obviamente no de la misma forma que en el Medioevo. Este poder que renació en la Edad Media, y lo hizo con mucha fuerza, se incrustó en la base política de los Estados. El poder punitivo basa, parte de su eficacia, en la verticalización social, esto quiere decir en la jerarquización de un Estado, el caso que postula Zaffaroni para entender mejor la verticalización, es el del Imperio Romano y lo explica de la siguiente forma:
Hubo una sociedad que se verticalizó con mucha fuerza en Europa: la romana. Cuando Roma pasó de la república al imperio su poder punitivo se hizo mucho más fuerte y cruel. ¿Y qué puede hacer una sociedad cuando se verticaliza hasta asumir forma de ejército? La respuesta es obvia: conquistar a otras. Roma conquistó casi toda Europa. ¿Cómo lo pudo hacer? Porque tenía una estructura colonizante, o sea, jerarquizada, en forma de ejército (Zaffaroni, 2011).
El discurso desde una perspectiva criminológica
Pero el poder punitivo no funcionaba solo, para que este preservará su existencia era necesario que hubiera alguien a quien castigar y fue aquí donde encontró los beneficios del discurso. Como ya se apuntó el poder punitivo funciona a través de la verticalización social, que no es más que la imposición de niveles sociales, cuando este poder contempla que, para preservar su existencia, es necesario tener a quien castigar, hace uso del discurso y como estamos ubicados en una sociedad vertical, aquellos que fabrican el discurso son los que, metafóricamente, están arriba, aquellos que tienen el poder.
El poder que les otorgo la jerarquización, más allá de dominar, de empezar o terminar cierta acción, les brindo también la facultad de poder señalar a un sujeto e imponerlo como un criminal y usualmente los criminales tienden a ser grupos minoritarios o vulnerables (por su condición social, nacionalidad, nivel socio-económico o raza). Pero como la ambición de aquellos que detentan el poder rayaba en la megalomanía, también decidieron, que no podían arriesgar su posición socio política por lo que en una especie de delirio paranoico, cayeron en la cuenta de que tenían que controlar a sus ciudadanos de alguna forma y esta forma de controlar también fue otorgada por el discurso.
A través del discurso se dispusieron a transmitir el miedo y odio en la sociedad así, hicieron que los ciudadanos odiaran y temieran, en primera: Al grupo que habían sido señalado como criminal; y en segunda: El miedo al Estado o más específico, a caer en manos del poder punitivo, este último tuvo su razón de ser por los castigos que ejercía el Estado, pues lo hacía en plazas públicas para poder mostrar su poder.
Posteriormente el poder punitivo y el discurso cayeron en manos de otro sujeto que lo aplicó con mucha más crueldad y más arbitrariedad, el judeo-cristianismo o sea: La iglesia. Que hizo uso del discurso inquisitorial para perseguir a todo aquel que se atravesará en sus intereses o mejor dicho en los intereses de Dios. Esto demuestra que el discurso es heredable, en este caso, la iglesia fue la organización que lo heredo, pero así se ha transmitido este discurso como si fuera un legado, una reliquia.
Pues bien, este discurso, aún presente, poco ha cambiado, así lo menciona Zaffaroni (2011): Los discursos tienen una estructura y un contenido. Se trata de algo parecido a un programa de computación, supongamos que para alimentarlo con los libros de una biblioteca. Podemos cargar el programa con libros esotéricos y tendremos una biblioteca de esa naturaleza, pero también podemos vaciar su contenido y recargarlo con otros libros y tendremos bibliotecas de medicina, física, química, historia, o lo que sea. Pues bien: lo que permanece del discurso inquisitorial o demonológico no es el contenido, sino justamente el programa, la estructura. La estructura del discurso si bien es poco dinámica tampoco se mantiene totalmente estática pues el Estado puede hacer uso de esta para diferentes fines y estos fines a su vez, usaran el contenido apropiado para diferentes estructuras discursivas… «Ver Artículo Completo»
” El discurso desde una perspectiva criminológica ” – Extracto de:
FUENTE
Autor: Roberto Alonso Ramos Erosa (México)
Título: El sistema mediático mexicano desde una perspectiva criminológica: Retos y conflictos/The mexican media system from a criminological perspective: Challenges and conflicts (pp. 46-61)
Revista: Archivos de Criminología, Seguridad Privada y Criminalística. Año 2, vol. IV enero-julio 2015
13/10/2022