Identificación biométrica

Mtro. Israel Estrada Camacho
Procuraduría General de la República
México


 

Como salidas de una película de espías o de ciencia-ficción las nuevas tecnologías de identificación por medio de sistemas biométricos se perfilan como la futura llave que nos abrirá todas las puertas. El santo y seña del siglo XXI será nuestro propio cuerpo, nuestras características físicas, únicas y distintas de las de cualquier otro ser humano. Pronto la identificación por huellas dactilares, geografía de la mano, reconocimiento facial, del iris o de la voz se convertirán en los nuevos passwords de entrada a múltiples sistemas, desde el acceso a cuentas bancarias, vehículos, áreas laborales y archivos informáticos hasta ¿Por qué no?, a nuestra propia vivienda.

Identificación, vigilancia, control, no son conceptos del mundo moderno, sino que caminan de la mano de la historia del hombre. Ya en el antiguo Egipto se llevaban registros de población que facilitaban el control fiscal o militar y son bien conocidos también los Censos Israelitas, que datan del siglo XV A.C. y que permitían, entre otras cosas, la identificación de los componentes de las tribus nómadas para su posterior reagrupamiento. Desde entonces hasta hoy la identificación personal se ha basado tradicionalmente en la posesión de llaves, tarjetas, claves, de palabras o números, como el de la seguridad social, el carné de identidad, el de conducir, los códigos de barras, etc. Sin embargo, el ser humano posee características que lo hacen único: las huellas dactilares, la voz, el iris, el rostro o el ADN, constituyen la contraseña más segura que existe.

La verificación biométrica por medio de características físicas únicas comenzó al final del siglo XIX con las huellas dactilares y desde entonces su uso se ha visto generalizado sobre todo por los cuerpos de seguridad. Hoy, sistemas automáticos que escanean y digitalizan huellas han llevado esta técnica mucho más allá de las investigaciones policiales y se pueden encontrar todo tipo de dispositivos biométricos para controlar los accesos a sistemas informáticos, garantizar la seguridad en transacciones bancarias o simplemente acceder a nuestro dinero, como es el caso de los cajeros automáticos que reconocen el iris o la retina, de los que ya existen algunos prototipos instalados en las calles de Estados unidos y Gran Bretaña. Ante la necesidad de sistemas cada vez más seguros los científicos han recurrido a la Biometría aplicada a la verificación de la identidad de un individuo de forma automática, empleando sus características biológicas, psicológicas y de conducta. Esta identificación, que es la única que permite una autenticación individual y exacta, utiliza ciertos patrones fisiológicos, digitalizados y almacenados. Los rasgos comúnmente usados incluyen el modelo de huellas digitales, de vasos sanguíneos en la mano o retina, del rostro, el tamaño, forma y largo de los dedos e incluso el olor.
 

Identificación biométrica

Identificación biométrica

 

¿Cómo funciona?


 

Los sistemas biométricos se componen de un hardware y un software; el primero captura la característica concreta del individuo y el segundo interpreta la información y determina su aceptabilidad o rechazo, todo en función de los datos que han sido almacenados por medio de un registro inicial de la característica biométrica que mida el dispositivo en cuestión. Ese registro inicial o toma de muestra es lo que determina la eficacia del sistema. En el caso de las huellas dactilares, un usuario coloca el dedo en un sensor que hace la lectura digital de su huella, después, el programa guardará la información como un modelo; la próxima vez que ese usuario intente acceder al sistema deberá repetir la operación y el software verificará que los datos corresponden con el modelo. El mismo principio rige para la identificación por el iris/retina, con ayuda de videocámara, el rostro, la mano completa, etc. Las tasas de exactitud en la verificación dependen en gran medida de dos factores: el cambio que se puede producir en las personas, debido a accidentes o a envejecimiento, y las condiciones ambientales, como humedad en el aire, suciedad y sudor, en especial en la lectura que implique el uso de las manos.

En cuanto a qué partes del cuerpo son las más adecuadas para su utilización en identificación biométrica, aunque en principio cualquiera sería susceptible de ser usada, para su elección se atiende a criterios prácticos concretos. Lo ideal es que se trate de una característica física robusta, es decir, no sujeta a grandes cambios; que sea lo más distintiva posible en relación con el resto de la población, que sea una zona accesible, disponible y, por supuesto, aceptable por el usuario que, en ocasiones, puede llegar a percibir algunos dispositivos biométricos como excesivamente intrusivos.
 

Tipos de sistemas y sus aplicaciones


 

Cada sistema biométrico utiliza una cierta clase de interfaz, un sensor o mecanismo de captura determinado y un software específico. La identificación por geometría de la mano o huellas digitales, la más extendida, crea una imagen digital tridimensional, que es capturada, calibrada y guardada en un archivo. Para la identificación por el ojo existen dos sistemas: topografía del iris, identificando en pocos segundos más de 4.000 puntos, y topografía de la retina, midiendo con luz infrarroja de baja intensidad 320 puntos predefinidos en el diagrama de las venas.

El reconocimiento facial compara las características faciales con una imagen previamente escaneada, lo mismo que la identificación por voz con un patrón pregrabado, que analiza la presión del aire y las vibraciones sobre la laringe. La identificación por firma mide el tiempo, la presión, la velocidad, el ángulo de colocación del lápiz y la velocidad de las curvas, todo a través de un lápiz óptico con el que la persona firma en un soporte específico o pad. Por último, los sensores de olor, aún en desarrollo, utilizan un proceso químico similar al que se produce entre la nariz y el cerebro, sin que los perfumes sean capaces de enmascarar el olor particular de cada uno.

La identificación biométrica experimenta una aceptación creciente debido a la reducción de los costos de los dispositivos y a su alta confiabilidad. Por ello, no se restringe su uso a aplicaciones de alta seguridad, como bancos e instalaciones gubernamentales, sino que también se extiende a las empresas, para el control de clientes y empleados y en el acceso a oficinas y plantas comerciales e industriales. Aunque la lista sería interminable, algunas de las aplicaciones de la identificación mediante sistemas biométricos serían los servicios públicos, servicios policiales, penitenciarios, instituciones de salud, permisos de conducir, inmigración, registro de armas, controles de acceso, tiempo y asistencia, seguridad de redes informáticas, comercio electrónico, educación, etcétera…«Ver Artículo Completo»
 


” Identificación biométrica ” – Extracto de:

FUENTE

Autor: Mtro. Israel Estrada Camacho (Procuraduría General de la República) – México
Título: Huella genética vs. Huella dactilar/Geneticprint vs. Fingerprint (pp. 89-112)
Revista: Archivos de Criminología, Seguridad Privada y Criminalística. Año 2, vol. IV enero-julio 2015

19/06/2023

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