Los medios masivos de comunicación desde una perspectiva criminológica

Roberto Alonso Ramos Erosa
Colegio Libre de Estudios Universitarios
México


 

Allá en los tiempos de la Edad Media no existían los medios masivos de comunicación (si existían medios, pero no masivos) pero tenían sus formas de comunicar las noticias. Aunque no existiera los aparatos mediáticos que poseemos hoy, no significa que no tuvieran que cumplir con una agenda mediática y la mejor forma de cumplir su cometido era transmitiendo su mensaje a través de las acciones en público pero, en este caso no cualquier acción, sino la acción de castigar. El castigo en público tenía el propósito de mostrar la fuerza del poder punitivo y su eficacia y de la misma forma exhibir al castigado para reforzar el estereotipo de: “¡Ellos son los que nos provocan el mal!”.

Con la llegada de los medios masivos de comunicación la situación cambió un poco, pero este cambio fue considerablemente profundo. En la antigüedad hubo algunos escritos que se proponían informar a la gente sobre actividades que se iban a realizar, por ejemplo la llamada: Acta diurna (eventos del día), de la República Romana. Sin embargo estos escritos no alcanzaron mucha popularidad y no fue hasta la magnífica invención de Gutemberg que la prensa escrita alcanzo su escalón de mayor éxito. El éxito de la prensa escrita radica en el volumen de ejemplares impresos y a mayor volumen de ejemplares impresos más impacto tiene el mensaje, en otras palabras se volvió más fácil difundir un mensaje entre la población. Inevitablemente cuando surge el diario, no faltaron aquellos que los vislumbraron como una herramienta que podían utilizar para sus propios intereses como nos lo hace ver Zaffaroni (2011):

Con motivo del poder de los diarios en el caso Dreyfus, Gabriel Tarde afirmaba que en el presente (en el año 1900), el arte de gobernar se ha convertido en gran medida en la habilidad de servirse de los diarios. Denunció claramente la fuerza extorsiva de los medios masivos (en su tiempo los diarios), la gran dificultad para neutralizar los efectos de una difamación periodística y la explotación de la credulidad pública. Pero Tarde fue más lejos, destacando el poder inverso al de extorsión, o sea, el del silencio cómplice, como el que tenía lugar ante el genocidio armenio o el negociado de Panamá.

El periódico, entonces, comienza a adoptar discursos que convengan a sus intereses o, también, vende su silencio al mejor postor. De cualquier manera el diario se empieza a convertir en un constructor de realidad, lo que él dice es lo que es y cómo en este punto ya son bastantes numerosos sus lectores la construcción de la realidad que imponen se vuelve más verosímil, empero, todavía se mantiene una cualidad de la que se tratará a continuación. El diario, sin embargo, excluía a un grupo de personas que sin bien no representan una mayoría, si se contraponen para cumplir el propósito de su discurso: Los analfabetas.

Con la llegada del radio se rompe esa disparidad, pero el equilibrio para crear opinión (es importante saber que un gobierno democrático se nutre de la opinión pública), entre la prensa escrita y la radio no se ve sustancialmente alterado, esto lo indica Sartori (1997) de mejor manera:

Cuando prevalece la comunicación lingüística, los procesos de formación de la opinión no se producen directamente de arriba a abajo; se producen «en cascadas», o mejor dicho, en una especie de sucesión de cascadas interrumpidas por lagunas en las que las opiniones se mezclan […] Además, en la cascada se alinean y se contraponen ebulliciones, y resistencias o viscosidades de naturaleza variada (p. 71).
 

Los medios masivos de comunicación desde una perspectiva criminológica

Los medios masivos de comunicación desde una perspectiva criminológica

 

Lo anteriormente citado, quiere decir que cuando existe una comunicación escuchada o leída, ésta no es procesada como un todo, como si fuera un yunque que de repente cae en la cabeza, sino que más bien se fragmenta la información y se va asimilando aislada y sucesivamente, lo que da lugar a nuevas ideas (ebulliciones), a ideas contrarias (resistencias) y dudas. Esto beneficia porque se fortalece el pensamiento crítico y analítico o, como se explicará más adelante, pensamiento abstracto.

En realidad, lo que hizo la radio fue expandir el rango de alcance del discurso, favoreció un mayor impacto y que el mensaje llegará a más personas, incluyendo aquellas que no sabían leer, y aunque el diario y la radio empezaban a imponer su propia construcción de realidad, los procesos de formación de opinión se mantenían en un plano de pensamiento más abstracto.

La capacidad de abstracción es una de las causantes de que se va evolucionado como sociedad. Esta capacidad de abstracción, la ejemplifica Zaffaroni (2011) de esta manera:

Cuando un psiquiatra interroga a un paciente y sospecha que puede tener un defecto de inteligencia –cierto grado de oligofrenia para ser preciso– le pregunta por un concepto abstracto para ver si puede responder en el mismo nivel. Por ejemplo ¿Cree usted en Dios? ¿Qué es Dios para usted? Si el paciente responde algo así como los santos o el que hace milagros, está indicando la necesidad de investigar con métodos más depurados la posibilidad de un déficit intelectual.

Las palabras son la manera en que nos comunicamos, un conjunto de éstas forman lo que se llama el lenguaje y éste no es otra cosa, que símbolos que se representan y conducen a la mente a formar imágenes sobre lo que hablamos.

Pero esto sucede sólo con los nombres propios y con las palabras concretas […] es decir, que las palabras como casa, cama, mesa, carne, automóvil, gato, mujer, etcétera. Nuestro vocabulario de orden práctico. De otro modo, casi todo nuestro vocabulario cognoscitivo y teórico consiste en palabras abstractas que no tienen ningún correlato en cosas visibles, y cuyo significado no se puede trasladar ni traducir en imágenes (Sartori, 1997. p. 45).

En lógica las palabras concretas como las ya mencionadas son llamadas denotativas por que denotan algo o sea, señalan algo que está ahí. Las palabras abstractas en cambió son llamadas connotativas, porque si bien no tienen presencia, no están en el universo de lo tangible, si tienen un concepto y significado. A algunas palabras connotativas se les ha tratado de representar materialmente pero solo se logra una representación paupérrima que no abarca todo el significado de la palabra, por ejemplo: Justicia, este es un término abstracto que suelen representar con una mujer que trae los ojos vendados (la justicia es ciega), trae en la mano izquierda una alanza (la justicia es equitativa) y en la mano derecha una espada (la justicia es punitiva).

El periódico y radio, estos dos medios de comunicación, si bien son constructores de realidad, no infligieron tanto daño, como más adelante se verá que si lo hizo la televisión, esto a causa de que la comunicación de estos dos medios aún conllevaba al lector o al radio-escucha a pensar de manera más crítica o analítica. Si bien el periódico utilizaba algunas imágenes, estas tenían un fin más ilustrativo.

El verdadero declive del pensamiento abstracto llega con la televisión, porque el poder de esta radica en la imagen. La imagen en la televisión, tiene un papel fundamental para entender la estructura del discurso mediático, como ya se revisó antes, ni en el Medioevo, ni con el diario y el periódico se logró tal nivel de empobrecimiento como lo ha logrado la televisión. Y es que aquí aplica el famoso dicho: “Una imagen dice más que mil palabras”…«Ver Artículo Completo»

 


” Los medios masivos de comunicación desde una perspectiva criminológica ” – Extracto de:

FUENTE

Autor: Roberto Alonso Ramos Erosa (México)
Título: El sistema mediático mexicano desde una perspectiva criminológica: Retos y conflictos/The mexican media system from a criminological perspective: Challenges and conflicts (pp. 46-61)
Revista: Archivos de Criminología, Seguridad Privada y Criminalística. Año 2, vol. IV enero-julio 2015

20/10/2022

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