Prólogo del libro “Criminología Sociológica”
Teorías Sociológicas de la Criminalidad
Autor: Prof. Wael Hikal
Prólogo: Dr. Raúl Zaffaroni
Editorial: Flores
ISBN: 978-607-610-696-9
Prólogo de Raúl Zaffaroni
Este libro ofrece una rica y cuidada visión de los diferentes autores que a lo largo de la historia fueron dando lugar a los particulares enfoques de la criminología desde la perspectiva sociológica. No es nada sencillo abordar en totalidad el tema, porque abarca un arco temporal muy considerable y con cosmovisiones de todos los colores y matices. Además, a partir de cada una de ellas se abren en abanico cuestiones epistemológicas y metodológicas, dando lugar a una densa red de problemas en la que resulta bastante arduo orientarse. Dicho de otro modo: es bastante fácil perderse en la teoría criminológica.
No sin razón se ha dicho alguna vez que quizá no haya una historia de la criminología, sino de las criminologías. Por nuestra parte, hace tiempo que observamos que en la criminología nada muere, sino que en su historia se suceden etapas que no desaparecen del todo, dando la impresión de una suerte de zoológico con fósiles vivos. En esta selva criminológica, con frecuencia se vuelve al mismo lugar, pero se ilusiona que es un paraje nuevo y diferente, porque es difícil reconocerlo, debido a que las hojas de los árboles cambian de color, aunque troncos y raíces siguen siendo los mismos.
Todo es discutible en la criminología, comenzando por su propio concepto y naturaleza. De la decisión al respecto dependerá también la fijación de su nacimiento: los partidarios de la llamada criminología etiológica afirmarán que fue con Lombroso y el positivismo; los de la criminología crítica dirán que nació con los contractualistas.
En verdad, a ambos se les pasa por alto que quienes por vez primera se preguntaron en forma orgánica y sistemática por el crimen y sus causas fueron los demonólogos, incluso con argumentos biologistas. Es obvio que una certificación de nacimiento extendida por inquisidores que quemaban mujeres no es simpática, por lo que pareciera que la criminología se comporta como las familias que presumen de nobleza y abolengo, pero ocultan alguna oveja negra que pende de su árbol genealógico.
Al atento lector le será dado observar a lo largo de la lectura de este libro, que de cada teoría criminológica se desprende una política criminal, o sea, un conjunto de decisiones estatales referidas a la conflictividad criminalizada. Verificado esto, es imposible negar que la criminología esté estrechamente vinculada a la política, esto es, al gobierno de la polis. Dado que es menester adoptar un hilo conductor que permita orientarse en la densa red de teorías, creemos que el más idóneo es el político.
” ¿Cómo se concibe que en algo que es una ciencia –o al menos ciencia a secas- puede interferir lo político? ¿Acaso la ciencia no es políticamente aséptica? La rotunda respuesta negativa se impone: no hay ciencia políticamente aséptica, ni siquiera las llamadas ciencias duras ” (Criminología Sociológica)
En efecto: ¿Qué sociedad presupone o concibe cada teoría? ¿A qué modelo de Estado conduce o pretende llegar cada una de ellas? ¿Qué idea de lo humano tienen detrás? ¿Qué intereses sectoriales o de clase pueden sacar más o menos partido de cada teoría? ¿Desde qué sociedad es concebida cada una de ellas? Son todas preguntas ineludibles ante la enorme disparidad de construcciones e ideologías.
Adoptar el hilo conductor de la política provoca de inmediato un cuestionamiento: ¿Cómo se concibe que en algo que es una ciencia –o al menos ciencia a secas- puede interferir lo político? ¿Acaso la ciencia no es políticamente aséptica? La rotunda respuesta negativa se impone: no hay ciencia políticamente aséptica, ni siquiera las llamadas ciencias duras.
El propio carácter de ciencia es inseparable del poder: cada época otorgó el pergamino de ciencia a algún saber y se lo quitó a otros. En el curso de la historia, muchos saberes fueron ciencia cuando el poder lo decidió, y dejaron de serlo en caso contrario. Siempre en torno a esa condición hay discusiones de poder: valga como ejemplo, el caso del psicoanálisis.
Mucho menos pueden considerarse independientes del poder los saberes relacionados con la sociedad, o sea, con la interacción humana y, menos aún, cuando se trata de saberes que inciden directamente sobre la legitimación del grado de poder coercitivo que los estados ejercen sobre sus habitantes. La pretendida asepsia de la criminología no es más que el ocultamiento de sus consecuencias político-criminales, es decir, políticas.
Por consiguiente, este es un libro para pensar: incumbe a cada lector la meditación de las cuestiones planteadas antes, buscar en cada caso la respuesta a esas preguntas, enmarcar cada teoría en su contexto de poder y en su respectiva funcionalidad o disfuncionalidad.
Prólogo del libro “Criminología Sociológica: Teorías Sociológicas de la Criminalidad”
Esta meditación es extremadamente indispensable en la región del planeta en que nos hallamos, o sea, en nuestra ubicación marginal latinoamericana, en nuestro ser-ahí y estar-ahí latinoamericanos.
Es inevitable que la criminología importada lleve el sello de la cultura eurocentrista extendida a América del Norte, es decir, siempre proveniente de países colonizadores.
Nos equivocamos si pretendemos pensar nuestros modelos de estados y, por ende, la coerción estatal sobre nuestros conciudadanos, con esos parámetros, cuando sabemos que habitamos un continente donde se registran los más altos índices de muerte violenta del mundo y, a la vez, los más altos coeficientes de Gini, indicadores de la más acentuada inequidad en la distribución de la riqueza.
Por mucho que el poder mundial haya cambiado, no pueden nuestros cientistas sociales –y menos los criminólogos- ignorar que el poder colonialista se mantiene bajo otras modalidades, lo que sigue lesionando nuestro Derecho Humano al desarrollo progresivo, con consecuencias que acarrean muchísimas muertes que se suman a las directamente homicidas (suicidios, inseguridad laboral, selectividad en la atención de la salud, insuficientes alimentarias, inadecuación de caminos, desplazamientos forzados, etc.), todo lo cual configura un verdadero genocidio por goteo.
En nuestro contexto es, pues, indispensable que la lectura de este libro incite al lector a la reflexión acerca de las consecuencias de cada teoría criminológica en clave de poder. Quizá al hacerlo se asombre al extraer algunas conclusiones, porque siempre nos asombra –y a veces nos indigna mucho- la capacidad del ser humano, al parecer casi infinita, para discriminar a sus semejantes con el objeto de privarles de su condición de persona.
Dr. Raúl Zaffaroni
Prólogo del libro “Criminología Sociológica: Teorías Sociológicas de la Criminalidad”
Autor: Prof. Wael Hikal
03/09/2018